A diferencia de muchos palacios europeos, el Alcázar no es sólo un monumento: la familia real española sigue utilizándolo oficialmente durante sus visitas a Sevilla. Esto lo convierte en el palacio real más antiguo de Europa que sigue en uso hoy en día. Al fin y al cabo, muy pocos palacios pueden presumir de acoger a la realeza una semana y a los visitantes la siguiente.