La historia del Alcázar de Sevilla se remonta al siglo IX, cuando el Califato Omeya construyó la fortaleza original en el emplazamiento de una fortaleza romana anterior en 913-914 d.C. Los almohades, una dinastía musulmana bereber, conquistaron Sevilla en 1181-1182 d. C. y comenzaron a reconstruir la fortaleza añadiendo torres defensivas, muros y puertas. Más tarde, en 1364 d.C., el rey Pedro I de Castilla encargó la construcción del Palacio Mudéjar y, entre 1366 y 1369 d.C., se terminó el Salón de los Embajadores.