Es mejor visitar el Alcázar de Sevilla entre semana para evitar las grandes aglomeraciones. Las mañanas entre semana, especialmente justo después de la apertura, ofrecen una experiencia más serena, que te permite explorar la impresionante arquitectura morisca y los jardines con la mínima interrupción. Aunque los fines de semana pueden ser vibrantes, con un ambiente animado, la afluencia de visitantes puede desvirtuar la experiencia.
Visitar el Alcázar de Sevilla durante la temporada baja, de noviembre a febrero, ofrece una experiencia más tranquila, con menos turistas y colas más cortas, lo que te permite apreciar plenamente su intrincada arquitectura y sus exuberantes jardines. Sin embargo, la temporada alta, de marzo a octubre, muestra el palacio en todo su esplendor, con flores vibrantes en flor y horas de luz prolongadas, a pesar de la mayor afluencia de público y las temperaturas más altas.